En los márgenes del cine de autor

Marta Torres

Publicado el 19 de abril de 2016; caduca en -2985 días

En sólo seis ediciones el D’A, Festival de Cine de Autor de Barcelona, se ha situado como una de las propuestas más reveladoras del cine contemporáneo que aún se rige según los postulados de la autoría entendida a la francesa: cine al margen de presiones comerciales y que responde a la mirada personal de su director, que suele participar además en el guión. De la edición de este año hemos hecho una selección de la cosecha más oscura y fantasmagórica: nos interesan los filmes que se gestan en los límites de la realidad, o en los límites de la autoría, y nos devuelven la mirada desde el otro lado.

Antes de empezar, una aclaración. De las cerca de 70 películas que se proyectan en el festival de este año hemos hecho una selección en base a criterios interesados y personales, y por tanto injustos. No hemos recogido, por ejemplo, la excelente retrospectiva dedicada a Sharunas Bartas, uno de los directores lituanos más reconocidos, ni hemos hablado tampoco de las obras de directores como Brillante Mendoza o Hong Sang-Soo. Como hemos explicado más arriba, hemos preferido los filmes más atmosféricos, los más oníricos o, incluso, los más violentos… en definitiva, los más extraños.

Demon (2015, Marcin Wrona)

Un filme que fue la sorpresa de la pasada edición del festival de Sitges por su horror obsesivo y sugerente en la mejor tradición del primer Polansky. La película saca a la luz los restos de un naufragio político y social que se materializa durante una boda en la Polonia más desconocida. El director, Marcin Wrona, murió poco después de darse a conocer con esta película.

The Ardennes (2015, Robin Pront)

Thriller belga violento y estilizado, dotado de una atmosfera densa y asfixiante que va más allá de su aparente realismo, entorno a las vidas paralelas de dos hermanos condenados a enfrentarse.

Callback (2015, Carles Torras)

Filme personalísimo hecho desde los límites entre la autoría y el género. Carles Torras ha conseguido que su primer filme en Nueva York sea una negrísima crónica de la neurosis en la que retrata una ciudad sin futuro como si fuera la antesala del infierno. El protagonista de esta thriller es un solitario neurótico y fracasado que trabaja en el sector de las mudanzas.

Dead Slow Ahead (2015, Mauro Herce)

Documental sobre el viaje de un carguero en alta mar que parte del realismo para sumergirnos en una nave maldita, un ente fantasmal y casi orgánico. El carguero meciéndose en el océano es una imagen tan poderosa como el ominoso viaje interestelar de la Nostromo en Alien o de la nave de 2001: una Odisea del espacio.

Francofonía (2015, Alexander Sokurov)

Sokurov sigue explorando el pasado desde la aparente inmovilidad del arte atrapado en los museos. Si L’Hermitage ruso nos regaló la espléndida El arca rusa, ahora será el Louvre el escenario de un nuevo drama: la historia de los dos hombres que salvaron el patrimonio artístico durante la ocupación alemana de París. Una reflexión sobre el arte y lo que hay más allá.

La helada negra (2016, Maximiliano Schonfeld)

Unos hermanos granjeros encuentran a una misteriosa muchacha vagando en el campo y la acogen. Esta película argentina, firmada por el director de Germania, es una fábula sutil sobre las amenazas de la naturaleza, la religión, la esperanza y la muerte.

Lily Lane (2016, Bence Fliegauf)

Filme en los límites de lo experimental del director húngaro Bence Fliegauf. Una madre explica cuentos tenebrosos a su hijo que esconden sutiles claves sobre su familia. Historia oscura, onírica y algo freudiana, Lily Lane es un cuento perverso que combina flashbacks grabados en móvil con hermosas imágenes simbolistas; el contrapunto preciosista a un cuento macabro.

Kaili Blues (2015, Gan Bi)

El director chino Gan Bi toma la senda emprendida por Apichatpong Weerasethakul para descubrir en el cine puertas hacia la experiencia espiritual, como si en el celuloide hubiera pistas para trascender la realidad. Un médico abandona su clínica de Kaili para buscar a su primo abandonado por su padre y termina descubriendo un pueblo perdido en el tiempo.

Sangue del mio sangue (2015, Marco Bellocchio)

El cine juguetón y sin límites de Marco Bellocchio, un director provecto de 76 años, mezcla una historia de monjas embrujadas del siglo XVII con la Italia actual en un filme que no tiene reparo en mezclar géneros, estilos, pasados y futuros con una sutil ironía que parecen provocar al espectador. Bellocchio juega con los clichés más manidos del género de terror (la culpa, los deseos reprimidos…) para echarnos en cara una broma tenebrosa.

Sunset Song (2015, Terence Davies)

Terence Davies cuenta con una filmografía poderosa con obras imprescindibles como La casa de la alegría o The Deep Blue Sea; que le conecta poderosamente con clásicos del pasado como David Lean o Douglas Sirk. En Sunset Song nos regala un melodrama histórico basado en la novela de Lewis Grassib Gibbon de 1932. SU protagonista vuelve a ser una mujer fuerte y atormentada y su historia bascula entre el lirismo y la épica arrebatada. Promete.

El D’A se celebra del 21 de abril al 1 de mayo en Barcelona. Aquí podéis consultar el resto de la programación.

Nos interesan los filmes que se gestan en los límites de la realidadTwitealo!

Marta Torres

Periodista en medios escritos y radiofónicos, especializada en antropología urbana, ciencia, tecnología y cine. Fundadora de Bdebarna, una web que reúne a exploradores de la ciudad de Barcelona y que lleva recopiladas más de 2.300 historias sobre la ciudad. Colaboradora en Judexfanzine.net.