Hail Satán

Lluís Rueda

Publicado el 19 de agosto de 2016; caduca en -2851 días

La organización Templo Satánico inauguró la medianoche de este sábado en Detroit una enorme escultura de bronce de Baphomet, una deidad que se asocia al Diablo y cuyo origen se sitúa en las acusaciones de herejía que en la Edad Media se hicieron contra los templarios. Para evitar sabotajes o actos de rechazo, los responsables de Templo Satánico mantuvieron en secreto hasta el último momento el lugar donde está ubicada la estatua comunicando el emplazamiento a los medios poco antes por correo electrónico. La estatua, de casi tres metros de alto, y con un peso cercano a la tonelada, es una representación en bronce de Satán alado, con cara de macho cabrío y cuerpo humano. Tiene el brazo derecho alzado y señala al cielo con dos dedos. Un niño y una niña están ante él adorándole. Tras descubrirse la estatua, los seguidores del grupo gritaron: «Hail Satán». Muchos de los asistentes se hicieron fotos con la estatua. La estatua fue ubicada en una nave industrial en las cercanías del río Detroit. Su inauguración ha generado un importante rechazo, sobre todo en los círculos cristianos. «Lo último que necesitábamos en Detroit era tener que hacer una fiesta de bienvenida al Diablo», ha dicho el reverendo Dave Bullock. En su página web, la organización sostiene que su finalidad es «incentivar la benevolencia y la empatía» entre las personas, y se ofrece a dar charlas en escuelas. ‘Noticia aparecida el domingo 26 de julio de 2015 en el diario ‘El Periódico’.

The Satanic Temple (TST) de Detroit es una de tantas iglesias dedicadas al culto a Satanás que han aflorado en las últimas décadas en Estados Unidos. Este ministerio singular engloba a un rebaño de fieles notable y especialmente activista. Sus miembros más allá del culto que procesan y la consecuente liturgia se caracterizan por tomar partido en posicionamientos morales y políticos de una manera activa. Un ejemplo: el 23 de abril de 2016 miembros de TST organizaron una performance callejera en defensa del derecho a decidir de las mujeres en temas que afectan a la gestación (foto que encabeza el artículo). Los miembros de la TST disfrazados de bebés en pañales se flagelaron en grupo y arremetieron contra las corrientes conservadoras de planificación familiar en un contexto estético inspirado en el bondage y el sadomasoquismo. Vaya otro ejemplo, en febrero de 2016 la iglesia comenzó un ciclo de conferencias por toda la ciudad bajo el enunciado El Ciclo Sabath, en el que se expusieron las bondades del satanismo aprovechando el marco mediático que supuso la anticipación al estreno de un esperado filme. Curiosamente, a su modo, TST organizó una poco ortodoxa première de la película de horror La bruja (The Witch), extraordinaria cinta estrenada en 2016 acerca de los orígenes de la brujería. A la sazón, las huestes de la iglesia diseñaron una campaña publicitaria que supera a la del más presto equipo de mercadotecnia de una productora cinematográfica.

Cabe señalar que no he fijado mi atención en The Satanic Temple de un modo completamente azaroso. Detroit es actualmente una ciudad sumida en un declive económico que la ha llevado a convertirse en una metrópoli fantasmal y prácticamente deshabitada. Kilómetros y kilómetros de avenidas y barrios abandonados en una suerte de apocalipsis metropolitana sin parangón en los Estados Unidos, al menos si no nos retrotraemos a la época de la Gran Depresión. La que fue la cuna de la industria automovilística en Michigan y máximo exponente del sueño americano es hoy un fresco dantesco en el que la TST o cualquier culto esperanzador tienen una vigencia acaso más moral que oportunista. Detroit es una ciudad dejada de la mano de Dios y exprimida hasta convertirse en paradigma de la codicia del sistema. En cierto modo, un laboratorio que nos permite analizar cuánto de renovador y quizá necesario conlleva la fuerza de un culto con un enfoque contestatario en tierra quemada. Quizá Dios abandonó a su estimado rebaño, negándole la luz y sumiéndolo en la incertidumbre... ¿No va acaso en la idea del citado apocalipsis asumir esa sombra, esa decadencia, y abandonar toda esperanza? Quizá no sea del todo casual que la figura de Satán eche sus raíces con fuerza en una moderna Babilonia, destruida y sin esperanza. Cabe señalar que incluso en el territorio de la ficción esta especulación ha hecho fortuna. En el filme de 2013 de Jim Jim Jarmusch Solo los amantes sobreviven (Only Lovers Left Alive), el realizador sitúa a la criatura que en nuestro ideario colectivo puede parecerse más al Ángel Caído, el vampiro, en un Detroit conformado en guarida de almas atormentadas. Eve (Tilda Swinton) y Adam (Tom Hiddleston), una pareja de amantes eternos, frágiles y desencantados, «viven» su condición de upiros inmortales en un apartamento de un Detroit desértico y azotado por la desesperanza. Para contrarrestar lo anodino de la inmortalidad, la pareja protagonista también recurre a cierta liturgia, en este caso creando un universo privado, rutinario y cifrado, caracterizado por una idea de existencia ligada a la razón y a la luz: la música, la ciencia y la literatura son el sustento de este par de demonios frágiles que miran a los humanos como si fueran muertos en vida.

No es baladí que el vampiro Adam llame zombis a los humanos y que Detroit sea un sepulcro gigante en el cual dedicarse exclusivamente al hedonismo y centrarse en lo individual y en el malditismo en su acepción más romántica y decadentista. Estos atributos vitales y existenciales, cabe decirlo, están íntimamente asociados a lo satánico, a lo pagano.

Especialmente en Estados Unidos, donde existe una generosa libertad de culto, movimientos religiosos o espirituales como el satanismo se han convertido en populares y muy transversales. Son estamentos que ya no tienen su razón de ser en la tiniebla ni el ostracismo, ni formando parte de las pretéritas y pintorescas excentricidades de la nobleza o la burguesía, ni ocultándose en un supuesta élite que controla la economía mundial.

Si usted busca la palabra Satán en la red, probablemente le mostrará la siguiente definición: «Figura que aparece en los textos de las religiones abrahámicas que trae el mal y la tentación, es conocido como el mentiroso que conduce a la humanidad por el mal camino. Algunos grupos religiosos enseñan que se originó como un ángel que cayó en desgracia con Dios, seduciendo a la humanidad en los caminos del pecado. En la Biblia hebrea y el Nuevo Testamento, Satanás es principalmente un acusador y adversario, una entidad decididamente malévola, también llamada el diablo, que posee cualidades demoníacas».

Pero existen muchas maneras de interpretar esta figura, en las últimas décadas su espíritu ha estado asociado a valores paradigmáticos de superación individual, de crecimiento personal e, incluso, de cierta mirada liberal en asuntos económicos y sociopolíticos, algo de lo que da buena cuenta el presente libro en su apartado «El príncipe que vendrá: satanismo y política». En este volumen usted podrá comprender la inquietante presencia de lo demoníaco en un recorrido histórico y sociológico que arranca en los orígenes del paganismo, las primeras sociedades satánicas y la brujería, se detiene en figuras determinantes como Rasputín, Aleister Crowley, Jack Parsons o Anton LaVey, nos expone el sexo como canal de comunicación y liturgia liberadora, y nos plantea un recorrido apasionante, hasta la actualidad, mediante un repaso a los lugares comunes del satanismo: las misas negras más controvertidas, los rituales más lacerantes y sincréticos, los líderes más inquietantes y célebres, y todo aquello que nos lleva desde la fe a la impostura e, incluso, a una necesaria extravagancia como modo de vida. Los cultos más pretéritos son expuestos para la ocasión de un modo accesible para cualquier lector curioso y los autores nos acompañan en una exposición minuciosa y apasionante desde los orígenes de lo maligno hasta el presente. El libro de Satán. Todo sobre el culto al Diablo es una miscelánea imprescindible sobre una figura capital de la historia de la humanidad asociada íntimamente a ciertas ceremonias remotas y secretas. Si en la década de 1700 Sir Francis Dashwood instauró los Hell Fire Clubs para que sus huestes disfrutaran del sexo libre y toda suerte de coqueteos con las drogas y ciertas disciplinas severas, tal y como recoge en cierto pasaje la presente edición, quizá en las últimas décadas hayan sido la música rock y el cine los máximos exponentes de esa idea de la cercanía de lo maligno, ámbito en el que este trabajo hace especial hincapié analizando las bandas satánicas más significativas y un buen número de cult-movies demoníacas. Carlos Aguilar y Frank G. Rubio nos proponen un análisis pormenorizado de las principales sectas peligrosas, la fiebre contracultural asociada a lo demoníaco, la influencia de lo satánico en el crimen y la mafia, incluso de su conexión íntima con ciertos actos atroces de psychokillers que han pasado a la historia. En resumen, tal y como advierte el título de la obra, usted obtendrá mediante El libro de Satán todo lo que necesita saber sobre el culto al diablo.

Este libro pone a su disposición todo lo necesario para entender un culto siempre atractivo, transgresor y quién sabe si un tanto peligroso; en todo caso, necesariamente subversivo y molesto para todo individuo conservador y temeroso de la palabra de Dios. Esperamos, estimado lector, que este no sea su caso y la sana curiosidad relegue sus reticencias en lo concerniente al maligno. Y en este punto de no retorno quizá debiera parafrasear al mítico conde Drácula en la célebre novela de Bram Stoker diciendo aquello de: «Entre libremente, por su propia voluntad, y deje parte de la felicidad que trae». Sin embargo, estoy tan convencido de que dejarse llevar de la mano del Príncipe de las Tinieblas será tan entretenido y enriquecedor que es posible que este viaje apasionante cambie un tanto su manera de entender lo que le rodea. Disfrute de la lectura.

Prólogo de El libro de Satán. Todo sobre el culto al Diablo editado por Editorial Hermenaute.

En Estados Unidos, donde existe una gran libertad de culto, el satanismo es popular y muy transversalTwitealo!

Libro recomendado:

El libro de Satán. Todo sobre el culto al Diablo

El Diablo. Satán. El satanismo... Sin duda, estos términos pueden resultarnos intimidatorios y destilan un significado inquietante o, incluso, aterrador. Los periodistas y escritores Carlos Aguilar y Frank G. Rubio nos proponen un recorrido por las principales fantasías, dogmas, tradiciones y leyendas urbanas relacionadas con el Diablo mediante la mención a miedos rurales, películas, novelas, canciones, pinturas, cómics, fanzines, asesinatos rituales, vandalismo juvenil, sexo bizarro, políticos guiados por la astrología, magos y hechiceros de toda índole, sectas y sociedades más o menos secretas... Todo sobre el culto al Diablo y sus adoradores.

Lluís Rueda

Escritor. Guionista. Analista cinematográfico. Director de Editorial Hermenaute.