La madre de la alacena

Marta Torres

Publicado el 22 de diciembre de 2023; caduca en -26 días

Hace muchos años, en el principio del mundo, Tenchi Mayura nace en Rusún (la mayor isla de las Filipinas); Mayura crece y es cortejada por el rey de Rusún, pero ella decide mantenerse virgen y asciende a los cielos para escapar del acoso del rey, que acaba muriendo de pena. Una vez en el cielo, Deusa le pide a Mayura que regrese a la Tierra, pues debe dar a luz a un niño. Maruya accede y, una vez en la Tierra, Deusa desciende a ella en forma de mariposa y la deja encinta, introduciéndose en su boca. Al tiempo Maruya dará a luz a un niño en el pueblo de Beren.

Esta deliciosa fábula pertenece al texto Origen de los Cielos y la Tierra de los Kakure, la «Biblia» particular de una curiosa rama del cristianismo surgida en Japón y conservada en algunas comunidades aisladas. Sus orígenes son sangrientos y extraordinarios. Cuando en 1587 Japón decidió perseguir y asesinar de forma sistemática a los cristianos, y prohibir la entrada a los misioneros españoles y portugueses desde Macao, estos no tuvieron más remedio que apostatar o esconderse. Esta época, conocida como la iglesia de las catacumbas, favoreció el sincretismo cultural. Las imágenes de Cristo o los santos fueron tomando la forma de Buda y los ‘bodhisattvas’, mientras que la Virgen María pasó a denominarse «Madre de las alacenas». Las oraciones se apropiaron de los ritmos de los cánticos budistas, para no ser reconocidos como himnos cristianos, aunque mantuvieron las palabras sin traducir del latín. Por su parte, las autoridades japonesas usaron los símbolos cristianos, incluidas sus fiestas y tradiciones, para desenmascarar a los devotos. El ejemplo más claro es el de los fumi, planchas con imágenes de Cristo o la Virgen que los cristianos debían pisar durante el Año Nuevo japonés; si no lo hacían, eran ejecutados.

Algunos cristianos huyeron a islas remotas o valles aislados y preservaron sus creencias como pudieron. Sin embargo, no poseían textos escritos ni tenían acceso a la Biblia; la transmisión del cristianismo era oral y se basaba en la autoridad de los padres misioneros. De manera que, cuando estos desaparecieron, se basaron en el recuerdo de sus enseñanzas que tomaron la forma de fábulas transmitidas oralmente. La fe de los kakure es una mezcla de budismo, sintoísmo, animismo y su particular versión del catolicismo, que excluye la Trinidad, básicamente porque nunca llegaron a entenderla. Es por esto que su particular versión del nacimiento de Jesús es una fábula fuera de la historia que mezcla el origen del mundo con elementos animistas y budistas, una suerte de versión ‘exploitation’ a la japonesa de la historia bíblica, con inocente perversión de códigos incluida.

La fe de los kakure es una mezcla de budismo, sintoísmo, animismo y su particular versión del catolicismo, que excluye la Trinidad.

Cuando los sacerdotes volvieron a Japón, en 1865, lo hicieron para atender las necesidades de los europeos que allí residían, puesto que los locales aún tenían prohibido practicar el cristianismo. Sin embargo, descubrieron que habían sobrevivido algunas de las enseñanzas de los misioneros; una de ellas tomó la forma de una profecía y rezaba así: «La Iglesia retornará al Japón, y ustedes lo sabrán por estos tres signos: los sacerdotes serán célibes, habrá una estatua de María, y ellos obedecerán al papa-sama en Roma». Los sacerdotes pidieron a los kakure que abandonaran su religión sincrética y sus prácticas paganas; pero aproximadamente la mitad no quisieron volver a la ortodoxia católica y se les conoció como hanare kirishitan o cristianos separados. En 1995 aún existían comunidades en las islas Goto.

Respecto a los demás, los que sí retornaron al seno de la Iglesia acabaron por fundar una catedral cerca de Nagasaki, que fue destruida por la bomba atómica en 1945.

"Hace muchos años, en el principio del mundo, Tenchi Mayura nace en Rusún..." así narra la Navidad la Biblia japonesa.Twitealo!

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Vamos a emprender un largo trayecto de siglos que nos llevará de la fiesta comunitaria y excesiva de la Antigüedad al ideal familiar e íntimo que nos mostró Dickens en "Cuento de Navidad". Veremos cómo cambia el concepto mismo de festejo desde las fiestas en las que se intercambiaban los roles (entre géneros y estamentos sociales), que perduraron desde la Antigüedad clásica hasta la Edad Media, y que se caracterizaban por los excesos de todo tipo; hasta las fiestas actuales, basadas en la celebración hogareña y el consumo masivo; y acabaremos por explorar el concepto de la anti-Navidad, un cliché más que ya forma parte del espíritu navideño. En definitiva, veremos como las Navidades rojas y carnales se convirtieron en las Navidades blancas actuales. Espero que disfruten del viaje.

Marta Torres

Periodista en medios escritos y radiofónicos, especializada en antropología urbana, ciencia, tecnología y cine. Fundadora de Bdebarna, una web que reúne a exploradores de la ciudad de Barcelona y que lleva recopiladas más de 2.300 historias sobre la ciudad. Colaboradora en Judexfanzine.net.