publicado el 18 de enero de 2010
Lluís Rueda | Walter Hill:
No imagino a Walter Hill manejando los botoncitos de una cámara digital. Sus manos grandes, casi de obrero del cine, se llevan mejor con los pesados equipos analógicos y las latas de celuloide. Por el mismo motivo, no imagino al bueno de Walter dirigiendo una película que no sea un puro nervio de acción, como lo son algunos de sus filmes más recordados: The Warriors: Los amos de la noche o Límite: 48 horas. Hill se formó como realizador con Sam Peckinpah y abanderó una generación de directores que en los años setenta se propuso reinventar el séptimo arte y quitarle las telerañas al cine clásico. En su faceta de productor será siempre recordado como uno de los responsables de Alien, el octavo pasajero (1979).
Tengo entendido de que va a dirigir un film protagonizado por Mickey Rourke, St.Vincent. ¿Cómo va el proyecto?
Han habido algunas complicaciones que espero se resuelvan en breve, tengo una importante reunión en Los Ángeles al respecto. Si todo va bien, Mickey comenzará a rodar St. Vincent en enero de 2010.
Usted ya había trabajado con Rourke, ¿es tan intratable como muchos sospechan? ¿Qué nos puede contar acerca de él?
Trabajé con Mickey en Johnny El Guapo, (Johnny Handsome, 1989) , un filme que está entre mis favoritos. La rodamos hace veinte años y respecto a Mickey he de confesar mi admiración por él. Es un buen amigo, un hombre de gran corazón. Un poco problemático en la parcela privada quizás...
Echemos la vista atrás. En sus comienzos usted empezó trabajando con Sam Peckinpah, ¿que nos puede explicar del maestro?
(Mr. Hill abre los ojos y respira con intensidad al escuchar el nombre de Peckinpah).
Trabajar con él era realmente divertido y siempre nos llevamos muy bien: En la película en que trabajamos juntos durante tres meses, él estaba contratado como director de encargo, el guión y demás detalles ya estaban cerrados. Él estaba muy ocupado montando Perros de paja.
Nos veíamos un par de horas al día para hablar del casting, del guión... estaba de bastante buen humor. Quizá era porque se acababa de separar de su esposa, ja, ja. Siempre tuvo una vida social muy movida, pero en aquel momento estaba francamente relajado. Te explicaré una anécdota...
Adelante.
Peckinpah era muy divertido, discutíamos a menudo de cine. Le dábamos vueltas a La cosa (The Thing From Another World, 1951) de Howard Hawks. A él no le gustaba en absolutro aquel filme, al contrario que a mi, que admiraba su obra. En el fondo él odiaba a Hawks porque éste le había criticado con anterioridad. Lo tenía atravesado.
En otra ocasión, Peckinpah entró en cólera. He de decir que era muy sensible a las críticas. El caso es que su secretaria le preguntó si le ocurría algo y él dijo: “Estoy muy cabreado, he leído en la prensa a un tipo que afirma que mi técnica de la cámara lenta la he copiado de Arthur Pen”. Y yo le dije... “No te preocupes Walter, no es cierto. Todos sabemos que la has copiado de Akira Kurosawa”, ja, ja, ja. Entonces él se enfadó aún más.
Sólo éramos compañeros de oficio, quiero dejar claro que nunca fui amigo íntimo de él. Las jerarquías estaban claras, yo me limitaba a cumplir sus órdenes. Pero nos llevábamos bien, era un sujeto divertido e inteligente.
¿Qué piensa usted de la reivindicación que se hace en estos instantes el cine de acción de los años setenta? ¿Es un buen momento para reivindicar aquella manera de hacer cine?
Bueno, creo que no hay un consenso hoy en día de qué es exactamente una película de acción, si te refieres a un tipo de película en que hay un drama serio y que tiene algo de acción física, creo que no hay una regeneración de ese modo de hacer que imperaba en aquella época. Hay varios factores que impiden que se hagan películas tan buenas como aquellas hoy en día: el tema financiero y la falta de actores de raza. Los actores de antes, Lee Marvin, Steve McQueen, Burt Lancaster o Charles Bronson eran muy hombres, ahora es diferente.
Hacer un recorrido por su carrera como realizador es hablar de muchas y excelentes películas, pero yo particularmente tengo debilidad por Calles de Fuego y me gustaría que comentara algún detalle o alguna anécdota sobre esta producción.
Tienes buen gusto...
¡Gracias!
Antes de esta película había rodado Límite 48 horas que fue un gran éxito y eso le dio cierta libertad para poner en marcha otro proyecto con cierta capacidad de decisión. Mi idea era hacer una película más cercana a la fantasía con tintes de acción, pero con el eje del rock'n'roll como elemento muy presente. A los estudios les gustó la idea, pero me hicieron modificar la selección musical. Yo quería utilizar clásicos del rock antiguos y ellos me obligaron a crear una banda sonora original. La cosa salió más cara como puedes entender.
Durante el rodaje le cogí especial cariño a Diane Lane, creo que está impresionante en la película. Recuerdo que para William Defoe fue su debut en Hollywood, bien, había participado en una película antes de bajo presupuesto, dirigida por Kathryn Bigelow. Fue un rodaje muy divertido, era un musical de acción y eso complicó las cosas porque yo no tenía experiencia en ese género. Estas dificultades me hicieron apreciar el trabajo de realizadores como Vincente Minelli. El rodaje se prolongó más de lo estimado por sus complicaciones pero finalmente llegó a buen puerto.
Una última cuestión. En cuanto a su faceta de productor me gustaría centrarme en Alien, el octavo pasajero. Cree que esta saga ha sido superada por otras películas que también conjugan ciencia ficción y terror?
Si el modelo es la combinación de horror y ciencia ficción creo, sinceramente, que no, nada ha superado la fuerza de Alien. Es insuperable.