publicado el 6 de junio de 2012
Hoy la ciencia ficción se ha quedado un poco huérfana. Ray Bradbury, el escritor de novelas como Crónicas marcianas, Fahrenheit 451 o El vino del estío entre muchas otras obras, nos ha dejado a la edad de 91 años según ha informado su nieto, Danny Karapetian, en la web de ciencia ficción io9.
Bradbury fue noticia recientemente en su pasado cumpleaños, el 22 de agosto, cuando los productores Mike Medavoy (Shutter Island, Cisne negro) y Natasha Shliapnikoff le anunciaron que querían llevar al cine su novela El vino del estio. Bradbury declaró que "es el mejor regalo de cumpleaños que podría haber pedido. ¡Hoy he vuelto a nacer!”.
El vino del estío, escrito en 1957, es una deliciosa crónica, entre fantástica y cotidiana, de un verano visto a través de los ojos de un muchacho de doce años, Douglas Spaulding, un trasunto del autor nacido en un pequeño pueblo de Illinois. "El vino del estío es mi obra más personal y me trae a la memoria un verano inolvidable que aún ejerce un poder místico en mí".
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No es la única obra del autor en espera de ser llevada al cine. Paramount Pictures ha comprado los derechos de la clásica recopilación de cuentos Crónicas marcianas (1950). El libro ya había sido adaptado en 1980, aunque en formato de miniserie para televisión. El guión lo firmó Richard Matheson, fue dirigida por Michael Anderson y protagonizada por Rock Hudson. De la versión de la Paramount no se sabe aún nada excepto que está programada para 2013.
Nadie hubiera dicho que Ray Douglas Bradbury, un muchacho nacido en un pueblo del medio oeste que ni siquiera pudo ir a la universidad por falta de dinero, se convertiría en uno de los escritores más importantes en lengua inglesa del siglo XX. Empezó a escribir de muy joven, mientras repartía periódicos para ganarse la vida y poder pagarse una máquina de escribir con la que escribía relatos para revistas. Su primera novela fue Crónicas marcianas. Se especializó en fantasía, terror y ciencia ficción, aunque siempre ha huido de estas etiquetas y quizá por eso no llegó a conseguir el premio Nobel de literatura, aunque el mismo Borges, que prologó la edición castellana de Crónicas Marcianas, se preguntara “¿Qué ha hecho este hombre de Illinois me pregunto, al cerrar las páginas de su libro, para que episodios de la conquista de otro planeta me pueblen de terror y de soledad?”.
Bradbury mantuvo a lo largo de los años una relación fructífera con el cine. Sus obras se han adaptado al medio cinematográfico (Fahrenheit 451, El carnaval de las tinieblas...) y él mismo ha escrito guiones para series y películas. Trabajó, por ejemplo, en cuatro episodios del programa de televisión Alfred Hitchock presenta y colaboró en el guión de la película Moby Dick (1966) dirigida por John Huston, si bien la experiencia no fue demasiado positiva tal y como contó él mismo en la novela Sombras verdes, ballena blanca (1992). El autor fue guionista de la serie de televisión Steve Canyon (1958) de Arthur Hiller y llegó a tener su propio programa: The Ray Bradbury Theater (1985-1992). Además, sus relatos eran parte habitual de series como Más allá de los límites de la realidad o Historias para no dormir de Narciso Ibàñez Serrador.
Trabajó hasta el final de sus días y a esto debemos una producción ingente y espléndida, el mejor testimonio de su paso por este mundo. En su escrito anunciando la muerte de su abuelo, Danny Karapetian ha recordado un pasaje de El Hombre ilustrado para recordar a su abuelo fallecido:
"Mis melodías y números están aquí. Han llenado mis años, los años en que me negaba a morir. Y fue por eso que escribí, escribí, escribí, al mediodía o a las 3:00 AM
Para no estar muerto."