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publicado el 25 de mayo de 2005

Juan Carlos Matilla | EL TRATAMIENTO HABITUAL DE LA FIGURA DEL PSYCHOKILLER EN LA LITERATURA Y EL CINE siempre ha distado en exceso del verdadero perfil criminal de los asesinos en serie. En la ficción contemporánea, los maníacos siempre han tendido al exceso, a las piruetas pantagruélicas y a una cierta sofisticación sádica y superdotada para nada usual en los psicópatas reales, seres atormentados e inadaptados, cuya inutilidad sólo resulta comparable a su monstruosidad. Para contrarrestar lo que podíamos denominar el “efecto Lecter” (o sea, una perversión en clave atractiva y refinada del psychokiller), nada mejor que acercarse a la obra del antiguo agente del FBI Robert K. Ressler, especialista criminólogo que acuñó el término “asesino en serie” en la década de 1970.

Publicado recientemente en España (país que no se distingue precisamente por la edición de obras adultas y serias sobre criminología, al margen de las destinadas a las facultades de psicología), Asesinos en serie (Whoever Fights Monsters, 1992) fue el primer libro de carácter divulgativo en el que Ressler resumió sus experiencias al frente de los distintos organismos federales en los que participó a lo largo de su carrera, centros en los que se dedicó al liderar el estudio de la personalidad y conducta criminales. Mesurado en la explicitación de lo macabro, prolijo en detalles psiquiátricos y totalmente alejado del sensacionalismo de otros estudios, Ressler narra en esta obra su participación en el proceso de captura de algunos de los asesinos en serie más célebres de Estados Unidos (colaboración que se ceñía a la elaboración de atinados perfiles psicológicos), además de recoger las posteriores entrevistas que realizó a los criminales en las prisiones y hacerse eco de las múltiples luchas internas que tuvo que hacer frente en el FBI para que sus adelantadas teorías sobre la conducta criminal fueran aceptadas por los agentes.

A medio camino entre el ensayo criminal y la literatura memorialista, Ressler expone en Asesinos en serie los horrores de las mentes enfermas de asesinos como Richard Chase, Jeffrey Dahmer, Ted Bundy o John Gacy, realiza una precisa descripción de la naturaleza de sus instintos criminales (siempre relacionados con el sexo, el poder, la inadaptación y la consecución de una fantasía abominable arrastrada desde la pubertad) y acaba con algunos de los mitos más extendidos sobre las presuntas facultades de estos asesinos (más torpes, rudos e incompetentes que sus sosias de ficción, aunque también mucho más atroces y enfermos). Además, la narración de Ressler se enriquece gratamente gracias a las sinceras y valientes confesiones del autor acerca de los terribles efectos psicológicos que pueden crear en los agentes el contacto con este tipo de criminales y con sus espantosos actos. Turbio pero a la vez tremendamente clarificador, Asesinos en serie es una obra del todo recomendable para aquellos lectores que estén interesados en poner una faz a la maldad humana más extrema.


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