publicado el 17 de julio de 2007
"Nadie puede describir un dragón" Ursula K. Leguin
Marta Torres | A finales de la década de 1960 irrumpió en el panorama literario una escritora estadounidense atípica por varias razones. En primer lugar, porque cultivaba sin tapujos géneros tradicionalmente masculinos: la ciencia ficción y la fantasía épica; la segunda razón pasaba por su excepcional calidad literaria y su capacidad para crear universos sólidos y sorprendentemente maduros -su novela La mano izquierda de la oscuridad (1969), ganadora de un premio Hugo y un Nebula, es una buena muestra de ello. Podría decirse que el fantástico, además de padres tenía ya una madre.
Terramar, con su multitud de pequeñas islas, sus magos y dragones, apareció por primera vez en 1968 con el relato Un mago de Terramar, al que siguieron Las tumbas de Atuán y La costa más lejana y tomó la forma de una trilogía en su célebre Historias de Terramar. Sin embargo, la autora ha revisitado las costas de este mundo mítico en numerosas ocasiones para legarnos un gran número de relatos y cuentos, algunos basados en la historia y personajes originales y otros no. Este hecho ha contribuido a crear un mundo en constante evolución, con reglas e historia, a la manera de la Tierra Media de J.R. Tolkien, aunque con características propias perfectamente reconocibles. A diferencia de Tolkien, el mundo de Ursula K. Leguin es cambiante y fluido, sus personajes son más ambiguos y sus emociones, más creíbles. En los cuentos de Ursula K. Leguin, las mujeres gozan de protagonismo, tienen hijos y hacen el amor, no son ni meros adornos mitológicos ni excusas argumentales, como sucedía en el caso del "tímido" escritor sudafricano. A esto se añade una diferencia fundamental: Terramar no es el escenario de una epopeya que enfrenta dos poderes absolutos y antagonistas, el mal y el bien se encuentran en Terramar entremezclados, sus personajes no tienen a veces con quien luchar, ni fines u objetivos claros, como sí sucedía en El Señor de los anillos. Sin embargo, al igual que en la célebre trilogía de Tolkien, en Terramar los tiempos cambian, aunque nadie es capaz de entender en qué dirección.
Cuentos de Terramar es el fruto de una de estas revisitaciones tardías de la autora. Se trata de una recopilación publicada por primera vez en el año 2001 y reeditada por Minotauro en mayo de 2007. El libro incluye cinco relatos, una introducción de la autora en la que explica su visión del fantástico y su degradación a manos de las multinacionales del entretenimiento (interesante su opinión de las adaptaciones cinematográficas), y finalmente, una descripción de las costumbres, lengua y historia de este vasto territorio insular. En Cuentos de Terramar, Ursula K. Leguin retorna a sus temas recurrentes: la superación y la redención personales, la incomunicación y la intolerancia, que toma la doble forma de la segregación social y la sexual, y la imposibilidad de explicar el mundo. Este último tema encuentra su máxima expresión en el misterio de la muerte, sólo trascendida a través de la figura de los dragones: únicos hablantes de la lengua verdadera, la lengua de la magia -aquí, como en Tolkien, se nos sugiere una relación entre fantasía y lenguaje-, y sublimación de las ideas puras, quasi platónicas y, como tales, imposibles de describir y aún de concebir.
Cuentos de Terramar es el resultado de una atenta y pausada mirada sobre el mundo creado de una de las autoras más importantes que ha dado la fantasia, y aún la literatura, del siglo XX. No defraudará a los que ya conozcan Terramar, excepto para aquellos que quieran ver avanzar la historia original, y puede servir de introducción para los que aún no se hayan aventurado por sus innumerables islas.