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publicado el 1 de febrero de 2004

EXCELENTE NOVELA DE UNO DE LOS AUTORES MÁS ORIGINALES de la ciencia-ficción en la década de los cincuenta. Este irresistible homenaje al esplendor del fenómeno pulp en los Estados Unidos, nos relata con una mirada irónica y un pulso narrativo trepidante las desventuras de un escritor de revistas de ficción científicas (Keith Winton) que, tras sufrir las consecuencias del accidente de un cohete espacial sobre su casa de Greeneville, queda atrapado en un mundo paralelo. El Sr. Winton descubrirá poco a poco que pese a la apariencia normal del mundo que habita, existen pequeños cambios: una moneda legal diferente, leyes marciales en la sociedad, monstruos rojizos de la luna que pasean por las calles, una amenazador niebla negra que cubre la ciudad a partir de la medianoche y máquinas de coser que viajan por el tiempo. Por si fuera poco, el extraño comportamiento de Winton ante estos sucesos, provoca que las autoridades sospechen que su verdadera identidad es la de un espía arcturiano: es decir, un alienígena del planeta Arcturus, un modo de vida primitivo en guerra con el globo terráqueo.

Si entramos en la complicidad del disparate argumental y nos embarcamos en la lectura de esta novela sin complejos, descubrimos que dentro de la broma irreverente hilvanada por el autor hay un ejercicio de austeridad en el lenguaje muy interesante, a la vez que un cierto regusto a género policíaco (la violencia de sus personajes, los claroscuros de las calles de Nueva York…). Recordemos que Brown también se atrevió con el género negro: su novela The screaming Mimi inspiró al mismísimo Darío Argento para su exitoso debut con El pájaro de las plumas de cristal, es evidente que no es gratuita la coincidencia entre el máximo exponente del giallo cinematogafico y F. Brown, paradigma del escritor pulp. Cabe reseñar que giallo define un tipo de publicaciones italianas deudoras de las pulp fictions norteamericanas.

H.G.Wells es objeto de un sincero homenaje en algunos pasajes de Un universo de locos: de hecho toda la novela contiene reflexiones en torno al oficio del Sr. Winton (no olvidemos que se trata de un escritor de ciencia ficción, envidioso, y con aires de grandeza). Nuestro protagonista es un hombre amoral puesto en una situación límite, y F. Brown se sirve de ello para sacar a relucir las miserias de su gremio. ¿Y qué es en el fondo el escritor si no un personaje extraño que malvive en lo cotidiano, y construye paisajes de ficción para huir de su entorno, o de si mismo?

La parábola de F. Brown sobre un mundo alternativo, le sirve para exorcizar los miedos de una sociedad angustiada por el fantasma del comunismo, el terror amarillo, la posibilidad de una invasión alienígena, y a la vez cuestionar con cierta mala baba el precio del éxito, el modelo social de la época y la moral del ser humano. Para F. Brown es irrisoria tanta supremacía interplanetaria, no hay nada más desagradable y monstruoso que la ambición del ser humano.

Como podéis ver, a pesar de que fue escrita en 1949, la novela aborda temas de absoluta actualidad.


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