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FICHA TÈCNICA

Última noche en el Soho

Last night in Soho

director:

Edward Wright

año:

2021

nacionalidad:

Reino Unido

productores:

estreno en España:

19 de noviembre de 2021

116 minutos

Los sesenta a través del espejo

El cine es pura ensoñación, un disfraz brillante al que suelen criticar por esconder la realidad a menudo bajo una mirada nostálgica prefabricada que tiene tanto que ver con nuestra obsesión por parar el tiempo como con el comprensible empeño de los productores por ganar dinero. Y qué mejor que un pasado idealizado para ello. Sobre el papel, Última noche en el Soho parece uno de estos productos domesticados sobre tiempos pasados. Lo avisó el mismo realizador, el británico Edward Wright (Baby Driver, Arma fatal), en un vídeo que hizo las veces de presentación de la película en el pase del Festival de Sitges. La película surge del recuerdo de la colección de vinilos de sus padres, pero acto seguido apuntó que no tenía la intención de caer en la nostalgia vacía y acrítica.

Marta Torres | ¿Lo consigue? Decíamos que Última noche en el Soho nació del poder evocador de la música. Empieza la película con un número musical inocente, cuando la protagonista (Thomasin McKenzie en el papel de Eloise) interpreta un hit de los años sesenta embutida en un vestido de papel. El filme se presenta como un ¿falso? musical a través de los ojos de una joven estudiante de moda que abandona su pueblo para viajar a Londres. Wright abraza al principio la mirada inocente y maravillada de Eloise para contraponer presente y pasado. Una vez en Londres, la joven entrará en contacto con este mundo olvidado y brillante, el Soho del título, a través de lo que parecen sueños fantasmales. En este viaje maravilloso a través del espejo, Eloise, que también es Alicia, la viajera onírica de la literatura inglesa, conocerá a una suerte de alter ego de la época: una hermosa y enigmática aspirante a cantante que responde al nombre de Sandy e interpreta una rutilante estrella actual, Anya Taylor-Joy.

En este juego de espejos y dobles reflejos, Sandy ejecutará su propio número musical que, en justa oposición a la inocente interpretación de Eloise, no se limita a la mera fotocopia del pasado sino a su reinterpretación. La suya será una versión lenta, sensual y propia de Down Town, la canción que hizo famosa Petula Clark en 1965. Esta idea explica la película de Wright, que se niega a hacer una mera copia de una época, si no que la recupera desde el ahora. Para trascenderla, además, Wright opta por convertir el glorioso sueño de Eloise respecto al pasado y el brillante sueño de Sandy respecto a su futuro en una pesadilla. Última noche en el Soho es en buena medida un filme dual construido en torno al símbolo del espejo, omnipresente en toda la película. Es una puerta a otro mundo, una forma de conocimiento y belleza y, como el espejo de la bruja, una oportunidad para el engaño y la doblez. Además, como buen filme dual, se asoma al abismo y contempla sus sombras. Pero Última noche en el Soho es en realidad una película de fantasmas. Lo es en muchos sentidos, todas las películas que se asoman al pasado lo son, aunque me atrevo a señalar un motivo inesperado. La película de Wright cuenta entre sus actrices con Diana Rigg en el papel de casera de Eloise. Rigg se hizo famosa en los sesenta por interpretar a Emma Peel en la mítica serie de la televisión británica Los vengadores. Podria afirmarse sin dudar que Rigg es la viva imagen de esa década en el Reino Unido y Última noche en el Soho no solo es su última película antes de morir sino que se ha convertido en un hermoso tributo involuntario.

La película de Wright reúne en un mismo filme todas las contradicciones de aquello que llamamos cine, que es también memoria. Es engañosa y verdadera, bella y terrorífica, al tiempo que consigue, aunque sea por unas horas, parar el tiempo y devolver la vida a los muertos.


Artículo publicado el 18 de noviembre de 2021

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