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publicado el 19 de agosto de 2011

(Puerto Montt, Chile, 25 de julio de 1941 - Paris, Francia, 19 de agosto de 2011)

Una infección pulmonar ha acabado con la vida del director Raoul Ruiz a los 70 años de edad. El director chileno afincado en Francia ha muerto el 19 de agosto de 2011 en París, donde vivía con su mujer, también chilena y también cineasta, Valeria Sarmiento.

La muerte ha cogido a Raoul Ruiz con el paso cambiado. Con 70 años de edad, joven todavía, el director trabajaba en la preproducción de una nueva película, As Linhas de Torres, que iba a protagonizar John Malkovitch y estaba dando los últimos retoques a la producción chilena Las noches de enfrente. Nada extraño en este autor juguetón y prolífico que ha facturado más de 200 obras en 40 años de carrera cinematográfica.

Nada parecía presagiar esta fertilidad creativa. Para empezar está su formación autodidacta, Ruiz hizo en su vida solamente un curso de cine, a lo que debe sumarse la mala suerte inicial. El autor debutó en la dirección en 1960 en su Chile natal con un cortometraje inconcluso, La maleta, al que siguieron dos producciones más, que también se abandonaron. El primer filme que terminó fue Tres Tristes Tigres (1968) en la que seguía el deambular nocturno de tres juerguistas y que no tuvo mucha repercusión aunque fue rescatada luego por la crítica.De su etapa inicial en Chile cabe destacar su adscripción al cine políticamente comprometido, del que se despegará gradualmente en pos de un estilo más personal e irónico, “educamente surrealista”. De su primera etapa política hay que destacar Militarismo y tortura (1969), ¿Qué hacer? (1970) y La colonia penal (1970), que hizo con la ayuda de la productora estatal Chilefilms auspiciada por el presidente Salvador Allende. A causa del golpe de estado que terminó con la vida de Allende y encumbró al general Pinochet, el cineasta huyó a París, donde vivió hasta el final de sus días, y empezó una rica carrera cinematográfica que le convirtió en el cineasta chileno más importante de la historia.

Capaz de trabajar en todos los formatos y con todos los presupuestos, Raoul Ruiz desarrolló un punto de vista personalísimo, que podríamos englobar dentro del cine fantástico de autor. Su mirada adoraba la complejidad, la torsión, los espejos deformantes y los secretos. Inventaba cada plano, como si quisiera repensar el cine, inventarlo desde cero y quizá por evitar los clichés que todos tenemos aprendidos, conseguía alguna chispa de misterio poético.

Algunas de sus obras más destacadas son La vocación suspendida (1977), La hipótesis del cuadro robado (1978), El territorio (1981), Las tres coronas del marinero (1983) y La isla del tesoro (1985). Posteriormente ganó un Oso de Plata en el Festival de Berlín por Genealogías de un crimen (1997) y con Misterios de Lisboa, ganó en 2010 la Concha de plata al Mejor Director, en el Festival de San Sebastián. Entremedias, hizo Klimt (2006) y A Closed Book (2009), entre muchas otras.


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